6/12/08

Info de personaje: Clarisse Cum Dornez

Nombre completo: Clarisse Cum Dornez.

Edad: 17 años en el fanfic.

Familia conocida: Sus padres adoptivos. (muertos +) Walter Dornez (le dio asilo en hellsing, lo demas , ya lo sabran JOJO)

Intereses románticos: Aún ninguno (esperen)

Enemigos: Las chicas antes mencionadas (Hellsing)

Estatura: 1.70 cm

Peso: 56 kg aprox.

Color de cabello: negro azulado, lacio con fleco recto (estilo alucard en the dawn)

Color de ojos: Azul obscuro (como los de Walter)

Color de piel: blanco pálido.

Habilidades: Ella era una humana comun y corriente, pero luego del incidente de la muerte de sus padres decubre sus habilidades.puede usar unos microfilamentos como los de Walter, aventar plata liquida y hacer objetos con ella para luchar o para gusto personal, luego de un entrenamiento en Hellsing aprende a disparar muy bien y a pelear, tiene una habilidad asombrosa para pelear y una velocidad impresionante.

Nacionalidad: Británica

Lugar de residencia: Originalmente en Yorkshire inglaterra y actualmente (en el fic) en la mansion Hellsing

Grupo de afiliación: Hellsing

Personalidad: Amable, inteligente, astuta y reflexiva. Caracter decidido y fuerte aunque a veces necesite apoyarse en los demas en sus problemas. Es muy sadica al pelear, pero es muy dulce con los demas.Buena amiga y la peor enemiga.odia las mentiras y no saber o no poder comprende algo.

Historia:

Clarisse Dornez era la hija doptiva de Marian y France Fernet. Vivia en el poblado de Yorkshire, Inglaterra. Al adoptarla sus padres no quisieron cambiar su nombre por si sus padre querian buscarla mas adelante.

Su tranquila vida acabo cuando Millenium soltó a unos vampiros nazis en ese poblado para probar su eficiencia, los susodichos vampiros asesinaron a sangre fria a sus padres, ella al ver que un vampiro se le aventaba encima movio los brazos de tal manera que salieron de sus dedos unos filamentos de plata que cortaron al vampiro en muchos pedazos. Clarisse quedo muda de asombro , justo cuando el otro vampiro se le avento encima unos hilos iguales lo cortaron, era Walter, ya que hellsing estaba involucradoen el caso, el quedo asombrado no solo por la habilidad de la chica sino por el parecido que tenia con el , cuando era joven. Al ver que quedo huerfana (otra vez) Walter le decide dar asilo en Hellsing, en parte por compasion y para poder confirmar si ella era una persona muy importante que llevaba mucho tiempo buscando, acambio de que use su habilidad para el bien de la organizacion.

Ella no esperaba eso , pero acepto de buena gana el ofrecimiento de se hombre, despues de todo que podria ser peor? Cuando llego a la casa Hellsing, Integra le dijo que primero debia tomar un entrenamineto para poder servir como agente especial (debido a sus poderes) por su parte Walter decide investigar sobre el pasado de Clarisse debido aque si ella es la persona que esta buscando, eso pondria de cabeza su vida y en peligro la de ella, debido a que millenium busca a la misma persona que Walter....

Cual sera la identidad de la persona que busca Waltery, porque la busca con tantas ansias?


Creador del personaje: Angel de Plata

Info de personaje: Nina Alejandra Harker

Nombre completo: Nina Alejandra Harker /Dracula

Edad:20 años en el fanfic , nació ene 1977

Familia conocida: Whillermina Harker ( madre) , Vlad Drácula (padre), Henry Harker (padre adoptivo)

Intereses románticos: enamorada de Max Holmwood nada mas que decir.

Enemigos: cuentan los de Hellsing?

Estatura: 1.70 aprox.

Peso: 55 kg aprox.

Color de cabello: negro

Color de ojos: Verde esmeralda

Color de piel: blanco pálido

Particularidades: Es una medio vampiro modificada por Millenium , pero es muy poderosa , ya que el entrenamiento de Alucard ha dado frutos y puede usar sus poderes como toda una Nosferatu. Por parte de su madre heredó la habilidades de poder psicológico y además de controlar unos péndulos, que se usan para sentir energías, ella los controla con la suya propia haciendo que se muevan a su antojo.

Nacionalidad: Británica Lugar de residencia: Mansión Hellsing, y mansión Harker

Grupo de afiliación: Hellsing.

Personalidad: extrovertida y directa para hablar, no puede mantener bien un secreto frente a personas que conoce.

Historia:

Nina nació en 1977, en la mansión Harker que esta a las afueras de Londres, no mas de 45 minutos, Arthur envió un equipo de médicos para que la atendieran, hay que una nosferatu necesita demasiados cuidado para no convertirse en polvo y tampoco el bebe que tiene muy pocas posibilidades de nace sano y vivo.

Años después Nina se convirtió en una niña fanática de Castlevania, pero a los 10 años perdió a su madre en una ataque de Millenium , quien supo que existía y terminaron con la vida de su madre. Walter la salvo al día siguiente de esto , y encontraron los restos de su madre que se estaba convirtiendo en polvo muy lentamente en el ataúd que tenia escondido en la mansión. Un año después Integra despertó a Alucard, pero el como no deseaba que le hicieran daño a su hija, no la vio otra vez y solo sé preocuparía por su Ama, pues Nina estaba en buenas manos , las de su padre adoptivo Henry Harker.

Cuando Nina tenia 19 (ya nos basamos en el tiempo en donde los hermanos valentine atacaron la mansión Hellsing) dejó sus estudios para cuidar a su padre Henry Harker quien cumpliría ya 74 años gracias a que la cantidad de vampiros aumentaba por esas Zonas. Alucard llego un día por órdenes de Integra , pero no la reconocia al salvar , pues no la había mirado en detalle , si no hasta ir a su habitación en la 2º noche que hospedaba en Hellsing con un antiguo vestido de Whillermina. Luego Nina , fue reconocida por Alucard como su hija, o mejor dicho la Hija del Conde Drácula quien era amante de Whillermina antes de el sirviera a Integra. Las cosas mejoraron, Nina entraba con Alucard y aumento todos sus poderes de Nosferatu.

Actualmente es parte de Hellsing y aunque no acepta muy bien su parte vampiro por parte de madre y padre cree que es mejor controlarse a actuar, aun así debe mantenerse cuerda por el bien de su padre y de la Familia Hellsing.


Creador del personaje: Chibi de Plata.

3/12/08

Info de personaje: Abraham Mircea Drakul Hellsing

Nombre completo: Abraham Mircea Drakul Hellsing

Edad: (Al momento de terminar mi fic, que es como 25 años después de la batalla contra Millenium) tiene 19 años.

Familia conocida: Integra Hellsing (madre), Alucard (padre), Arthur Hellsing (abuelo). Más amigos como Seras, Pip y otro personaje mio; la gitana Triana (hermana postiza)

Intereses románticos: Sir Shelley Broke Island (nieta de Hugh Island) y también todo ser del sexo femenino con cara bonita XD.

Enemigos: Iscariote del Vaticano, Padre Augustus Baptista (nuevo Paladín), Sir Basill Blake e Sir Isabella Bardsley

Estatura: 1.90 aprox.

Peso: 86 kg aprox.

Color de cabello: negro.

Color de ojos: azul celeste.

Color de piel: levemente apiñonada.

Particularidades: Es un medio vampiro , por lo que tiene el poder de la intangibilidad, de la tele transportación a cortas distancias; fuerza física desmesurada, regeneración y auto curación física, puede alimentarse como humano, pero necesita beber sangre, aunque aún falta por dominar y desarrollar todo su poder, ya ha dado muestras de él

Nacionalidad: Británica y Rumana

Lugar de residencia: Suburbios de Londres y ciudad de Oxford.Grupo de afiliación: Corona Británica

Titulo: Caballero del Imperio Británico

Cargo: Líder de la nueva Organización Hellsing.Personalidad: De carácter fuerte, valiente, insolente y explosivo, también es vanidoso, atolondrado, desfachatado y mujeriego (como su abuelo Arthur, hagan de cuenta)


Historia:

Nacido en Transilvania Rumania, allí permaneció viviendo una vida más o menos "normal", como un niño y luego un adolescente "ordinario"; al lado de sus padres y sus sirvientes gitanos. Sus poderes y señas vampiricas (como su par de colmillos, su necesidad de beber sangre y su superfuerza) se fueron haciendo evidentes mientras fue creciendo, aunque hasta el momento de terminar el fic, aún no ha había sido herido de muerte por lo que su envejecimiento había sido normal.

Veneraba y adoraba a su madre pero en los últimos años se llevo mal con su padre, pues su carácter vanidoso e insolente le hicieron acreedor de una que otra golpiza por parte del legendario vampiro.

Sin embargo, su vida dio un vuelco cuando Integra y luego Alucard, fallecieron. Consecuencia de esto, fue la última voluntad de su madre que él fuera a Londres para convertirse en el nuevo Sir Hellsing, pues el rey (sí, el nieto de la reina) así lo necesitaba.

Por su carácter desenfadado y su visión juvenil e inmadura del mundo, le cuesta trabajo encajar y afrontar todas sus responsabilidades, sin embargo es un hecho que está alentado por la necesidad de reconstruir el legado de su abuelo y por la sed de vengar la muerte de su madre en manos del nuevo grupo de los Iscariote (esa es otra historia, jeje).

Ayudado por sus amigos en el gobierno y en la mesa redonda; como el primer ministro Daniel Calne, y sus camaradas Sir Marshall y el nuevo sir Johan Pendwood (no el de Hirano, el de mi fic lo invente primero XD); su tutora y casi segunda madre Seras Victoria, su hermana y amiga Triana. Su misión es básicamente la misma que la que tuvo su mamá; librar al reino de seres indeseables, que de nuevo y misteriosamente, comenzaron a pulular por todo el territorio inglés.


Creador del personaje: Erzeb Batory.

Info de personaje: Cassandra Léa Chantale

Nombre completo: Cassandra Léa Chantale Anglade-Brouillet

Nacida el 11 de mayo de 1852.

Entra al vaticano en 1865 bajo la tutela de su tio Armand Brouillet.

En el año de 1862 , Cassandra y su madre, Anne-Sophie Brouillet, se encontraban viajando en la ciudad de Limoges, cuando llegan a la casa donde se encontraban se dan cuenta que ha sido abierta, hallando posteriormente a dos desconocidos dentro, que sin perder la oportunidad disparan en contra de ellas.

La madre de Cassandra muere al instante y Cassandra recibe varios impactos de bala. Sobrevive milagrosamente.

De 1862 a 1865 se encuentra bajo la tutela del Dr. J. Fausto, quien le enseña a Cassandra su verdadera naturaleza , ella hasta el momento del accidente era una pre highlander, y el accidente que ella sufrió sólo hizo que sus sentidos empezaran a despertarse, fue por esa razón que ella no muere (en el momento del accidente empieza a ser una higlander).

El Dr. J. Fausto era un alquimista y cazador (no tanto de vampiros sino mas de otras criaturas mitologicas), decide agudizar más los sentidos de Cassandra es por eso que le enseña distintas destrezas en cuanto a la matanza de "demonios". Durante esos 3 años ella aprende mucho de lo que seran sus técnicas en un futuro.

Es en 1865 cuando ella entra al Vaticano, es ahí donde ella junto con otros miembros se encarga de eliminar aquellos obstáculos indeseables que la mayoria de los mortales no puede (demonios, demonios y mas demonios, y una que otra criatura mitologica). En el Vaticano aprende más técnicas. Sirve fielmente durante 35 años (1900) es ahi que ella decide desligarse del Vaticano.

Durante este periodo ella se enfrenta a otros de su misma especie (highlanders), pelea contra 5 y logra matar a 4, pasándose asi los poderes de estos a ella. Tambien durante este tiempo regresa con el Dr. J. Fausto.

Regresa al Vaticano en la decada de los 40 y trabaja ahí hasta la actualidad. Una de las razones por las cuales se queda en el Vaticano es que los highlanders como ella no pueden realizar sus "duelos a muerte" en campo santo.

Dentro de la seccion XIII no sirve tanto en la milicia sino mas en la rama de "Inteligencia" , (aporta sus poderes de videncia) aunque en ocasiones sirve de compañera de otros miembros.

Sus poderes: Videncia, logra percibir a seres no humanos desde muy lejos, es demasiado ágil y veloz (más que un vampiro), no es igual de fuerte que un vampiro pero si más fuerte que un humano, don del habla (habla a la perfección casi cualquier idioma)

Algunas caracteristicas: Es de estatura promedio, tez blanca, cabello corto negro y ojos verdes, aparenta 20 años. Solo se logra matarla mediante la decapitacion. A diferencia de un vampiro su cuerpo no esta muerto. Jamás ha tomado formalmente los hábitos, pero ha servido al Vaticano por más de 80 años. Puede tomar un objeto y obtener impresiones de una de las personas que lo hayan sostenido por última vez (algo asi como tener una visión de quien exactamente lo agarró). Parte de sus poderes estan orientado al campo psíquico.

No es igual de fuerte que otros miembros dentro de Iscariote, pero no significa que sea totalmente débil.


Creador del personaje: Pip Bernadotte

2/12/08

Morte Rossa 1/Prólogo

1/Prólogo

Era un pueblo tranquilo, con sembríos reverdeciendo bajo la luz del sol y hombres cantando mientras trabajaba en ellos. Las mujeres preferían quedarse en casa en esos días de verano, preparando la comida para sus familias o cuidando de sus hijos pequeños. Las calles, anchas y polvorientas, se veían desérticas bajo el aplastante sol del mediodía.

Sólo una persona caminaba en la calle principal. Una joven vestida de blanco andaba a pasos cortos, seguramente adolorida por usar tacos en una superficie relativamente irregular. Llevaba una maleta mediana en la mano derecha y con la izquierda se cubría el rostro del sol. Se detuvo frente a la puerta de una de las casas que estaba en la calle principal del pueblo.

- Señora Emma, ya llegué - dijo la joven vestida de blanco en un italiano perfecto, mientras tocaba la puerta de madera con la palma abierta - vine tan pronto como me enteré por su marido.

La puerta se abrió y apareció una niña peinada con trenzas y con el rostro preocupado.

- Gracias por venir tan pronto - respondió también en italiano, mientras hacia pasar a la visitante - mi tía está en su habitación, sígame por favor.

Luego de subir las gradas, que crujían al estar secas en esa temporada del año, entraron a una habitación amplia. Echada en una cama con sábanas de lino blanco, descansaba una mujer de alrededor de 30 años, con el vientre hinchado de una mujer embarazada de nueve meses. Su frente estaba empapada por el sudor y su rostro se torcía por el dolor. La joven dejó el maletín a lado de la puerta y se lavó las manos en una palangana puesta es una mesa al frente de la cama.

- Gracias a Dios, señorita, por fin llegó - dijo la mujer postrada con una voz dolorida - creo que mi niño llegará hoy.
- ¿Usted cree, señora Emma? - respondió jovialmente la joven vestida de blanco.
- Si, señorita Marta, el dolor es increíble. Realmente increíble. Pero de esta manera pagamos el pecado original de Adán y Eva.
- Usted siempre llevando todo al plano religioso, señora. - la joven se acercó a inspeccionar a la mujer por debajo de las sábanas - Parece que no hay nada de que preocuparse aún, todavía no ha roto la fuente, pero ya está teniendo dilataciones fuertes. - se volvió hacia la niña que le había abierto la puerta - Pequeña, ve por unas jarras de agua fresca y paños limpios, tenemos que mantener a tu tía lo más fresco posible.
- Sí, señorita - dijo la niña antes de salir apresuradamente de la habitación.

La joven puso la palangana en el piso y sobre la mesa puso unos pocos instrumentos que había traído para ayudar a la señora a dar a luz. La niña regresó con el pedido de la joven y ella le instruyó cómo empapar y poner en la frente de la señora paños frescos. Luego le tomó la presión a la mujer postrada.

Cuando el marido llegó, se alegró de ver a la señorita, pues se sentía reconfortado al saber que su esposa estaba en buenas manos. Benito, que así se llamaba el marido, era pariente de la señorita y había colaborado con su formación como enfermera. Envió a la niña a traer el almuerzo de casa de su madre y luego de ayudar a comer a su mujer se sentó a su lado, reconfortándola.

El día se fue avanzando y finalmente llegó la noche. A pesar de la ausencia del sol, el aire parecía estar caliente.

Cerca de la medianoche la señora Emma comenzó a gritar por el dolor. La joven le administró unas gotas de valeriana para tranquilizarla, y al ver las sábanas mancharse con el fluido de la fuente rota dispuso todo para el nacimiento del niño. Tijeras y pinzas esterilizadas, agua oxigenada, agua limpia y varios paños medianos para limpiar al recién nacido.

Luego de más de tres horas, finalmente el niño asomaba la cabeza y era recibido por la joven, que se encargó diligentemente de cortar el cordón, sacar la placenta y limpiar al bebe. Envuelto en un paño blanco, se lo alcanzó a su madre, que bastante emocionada lo tomó en brazos. Su esposo se sentó a su lado.

- ¿Como se llamará? - preguntó la mujer a su marido.
- ¿Francesco te parece un buen nombre? - respondió.
- Sí, suena muy bien - miró al bebe a los ojos, sonriendo - a ver Francesco, Francesco.

El recién nacido sonrió al escuchar su nombre. Ese día hizo tanto calor que la gente no salió de sus casas, temiendo un golpe de insolación.

A los dos días, El bebé fue bautizado en la Iglesia del pueblo e inscrito en la oficina del alcalde. La joven Marta, que había ayudado que naciera y era de la confianza de los nuevos padres, hizo las veces de madrina en ambas ocasiones.


**********


Los años pasaron. El bebé creció como todo niño saludable y querido lo hace. Hizo amigos con los otros niños del pueblo y era aplicado en el colegio. Todos coincidían al decir que era un buen chico y que sería una gran persona. Su madre era virtuosa y se preocupaba por hacer de él un hombre recto ante los ojos de Dios. Su padre era un hombre de valores y se encargaba de formarlo correctamente. Seguía siendo hijo único, pero sentía que todos sus amigos era hermanos suyos a pesar de no tener lazos de sangre.

Así, el niño dejó de serlo y se convirtió en un adolescente. Su cumpleaños número 15 fue un día tan caluroso como el día que nació. La reunión fue alegre y él se sentía acompañado. Inclusive se hallaba presente su madrina, Marta, que se había casado hace unos meses con un doctor y ya estaba esperando un hijo.

Pero al terminar, algo salió mal.

Ligeramente mareado por una copa de vino, Francesco salió a refrescarse bajo la luz de la luna. Sus amigos se habían ido luego de ayudarle a ordenar la casa y sus padres dormían. Los grillos hacían vibrar la noche.

*chirp chirp*

El viento soplaba ligeramente entre las casas del pueblo.

*chirp chirp*

Francesco calculó la hora en las tres y algo más de la madrugada.

*chirp chirp*

Mirando la luna, se sentía feliz por el hecho de ser tan querido y especial para tantos.

*chirp chirp* *huhuhu*

En medio de los grillos, creyó escuchar una risa muy débil.

*chirp chirp* *huhuhuhuhu* *chirp chirp*

No había error, algo reía bajo la luz de la luna y escondido entre los arbustos.

*chirp chirp*

De nuevo sólo los grillos.

*chirp chirp*

Miró la luna de nuevo, plateada en medio del firmamento negro.

*chirp chirp*

Sus ojos le jugaron una ilusión.

*chirp chirp*

Ahora la luna era roja, intensamente roja, como una gota de sangre en un lienzo negro.

¿Sangre? ¿Porque pienso en sangre?

Los grillos callaron. El viento dejo de soplar. El mundo entero se detuvo alrededor de esa luna carmesí.

¿Sangre? ¿Sangre? ¿Sangre?

Lo rojo de la luna se desbordó, tragando la noche negra, creando una sola totalidad de color rojo.

¿Sangre? ¿Sangre? ¿Sangre? ¿Sangre? ¿Sangre? ¿Sangre?

Francesco cayó pesadamente al suelo, inconsciente.


**********


El joven abrió los ojos lentamente. La luz de lo que él creía era el día era bastante fuerte y le fastidiaba los ojos. Para ver mejor quiso frotarse los ojos, pero no consiguió tocar su rostro. Sintió una presión suave e inusual en sus muñecas, y se dio cuenta de que estaba atado. Se dio cuenta también que el piso era duro y frío. Se dio cuenta que su ropa le había sido removida, y que ahora sólo estaba cubierto por una especie de túnica blanca con algunas manchas que no logró reconocer.

Se dio cuenta de que no estaba en el patio de su casa.

Quiso hablar, pero su boca estaba entumecida y apenas podría moverla. Tenía hambre y sed, y todo su cuerpo estaba agarrotado.

Mirando a su alrededor, reconoció mejor el lugar donde había despertado. Paredes blancas y desnudas, piso de mármol blanco, el techo era alto y parecía la cúpula de una iglesia. Él se encontraba recostado contra una pared, y a unos 10 metros distinguió otra pared con una puerta pintada de blanco y con una rendija para ver el interior.

¿Qué lugar es éste? ¿Porque estoy amarrado?

La boca se le desentumeció y comenzó a gritar para llamar la atención de quienes lo hubieran encerrado. Sus gritos hicieron eco en la alta bóveda de la habitación.

- ¿Nos puede decir su nombre? - preguntó una voz de varón muy tranquila que parecía salir de una de las paredes. Francesco miró hacia todos lados buscando a su interlocutor, sin encontrar ninguna pista de su presencia.

- ¿Nos puede decir su nombre? - repitió la misma voz en el mismo tono.
- Francesco Pestalozzi.
- Bien ¿Recuerda algo extraño últimamente?
- Pues - Francesco pensó un rato. La noche anterior había tomado, luego se había quedado dormido en el patio de su casa y había tenido unos sueños raros, pero que no recordaba bien en ese momento. - No, sólo recuerdo haber tomado vino anoche, que fue mi cumpleaños. ¿Me podría decir dónde estoy y porque me tiene encerrado aquí?

Francesco preguntó esto con una tranquilidad que le sorprendió. La voz de varón que salía de las paredes no respondió por un largo rato.

- Usted está en el subterráneo de un edificio del Vaticano, y lo tenemos encerrado aquí por su seguridad y la de sus prójimos.

Silencio. El joven amarrado entendió la situación, pero no entendía qué lo había llevado a ella.

- Dice usted que fue anoche que se embriagó ¿verdad? - preguntó la voz de nuevo.
- Pues sí, fue anoche, lo recuerdo claramente. ¿Me podrían liberar?
- Aún no es tiempo.

La voz del hombre calló. Francesco siguió llamando, pero nadie respondió.

En un lugar así, lleno de esa luz blanca y sin ningún contacto con el exterior, el joven perdió la noción del tiempo. Luego de un tiempo indeterminado, una monja enmascarada entró y le dio de beber un vaso de agua ligeramente salada. Luego le metió un pedazo de carne en la boca para que lo masticara. En ningún momento pronunció palabra alguna.

El proceso se repitió innumerables veces. Extrañamente, el cuerpo de Francesco no le pedía ir al baño. A esto hay que agregarle que también había perdido la necesidad del sueño.

A veces la monja le limpiaba el rostro y las manos.

A veces la monja entraba acompañada por dos monjes, también enmascarados, y le limpiaban y le ponían una túnica limpia.

Siempre el joven preguntaba a sus guardias qué estaba sucediendo, pero ellos no respondían. Sólo le miraban brevemente a través de los ojos de sus máscaras y terminaban su tarea para luego dejarlo solo de nuevo.

El tiempo se distorsionaba en ese lugar. Francesco intentaba contar para intentar darse cuenta del tiempo que pasaba, pero no se podía concentrar.

Luego de varios cambios de túnica, el joven simplemente dejó de preguntar. Se sumió en un silencio absoluto.

Silencio, habitación blanca, monjes enmascarados.

Un espacio vacío propicio para la locura y el olvido.

Sintió que su cabello había crecido, así como sus uñas. Una incipiente barba también había aparecido.

La mente de Francesco empezó a alejarse de la cordura, cuando la voz de varón volvió a salir de las paredes.

- Buenos días, Francesco.
- Buenos días. - La voz del joven le salió gangosa, debido a la falta de ejercicio del lenguaje.
- creo que ya ha pasado suficiente tiempo. Entrarán unos señores que te traerán a mi presencia. Coopera con ellos y no les des problemas.
- Entendido. - respondió mecánicamente.

Dos hombres en unos hábitos distintos a los de los monjes, pero también enmascarados, entraron en la habitación. Cortaron las tiras de tela que mantenían a Francesco pegado a la pared y lo sacaron de ella. Caminaron por un pasillo de piedra relativamente largo, con puertas de tramo en tramo, y subieron unas escaleras. Otro pasillo. Finalmente se detuvieron frente a una puerta de madera finamente tallada. El hombre de la derecha tocó una vez antes de empujar la puerta.

- Bienvenido, soy el Director Narbareck, líder de la Agencia Fúnebre del Séptimo Mediador, dependiente del Vaticano. - el hombre, de unos 60 años y vestido en un hábito de sacerdote normal hizo una breve reverencia, haciendo brillar a la luz de las velas de su escritorio una gran cruz que colgaba de su pecho. Acto seguido se sentó. - Bueno, joven Francesco, siéntese usted también, hay mucho que tiene que escuchar.
- Descuide, hermano, ya estuve bastante tiempo sentado. Permaneceré de pie, si no es molestia para usted.

Los hombres que lo sostenía tuvieron un ligero espasmo al detectar el orgullo de las palabras del joven, pero no hicieron nada.

- Bueno, como usted desee. ¿Hay algo que quiera preguntar antes de pasar al tema principal?
- Sí, me gustaría saber qué fecha es y la razón de mi encierro.
- Bueno, pues hoy es - el hombre consultó un almanaque en la pared - 19 de octubre de 1946. ¿Eso responde a su pregunta?

Francesco se quedó petrificado. Eso significaba que había pasado más de un año desde su cumpleaños.

- Por su expresión, puedo ver que está usted sorprendido, joven. Ahora escuche atentamente. Se preguntará qué ha sucedido en estos meses con usted. Le explicaré eso de la manera más entendible posible.

" Todo empezó la madrugada del día siguiente de su cumpleaños. Presumimos que usted salió a tomar el fresco en el patio de su casa, porque usted fue encontrado al amanecer tendido e inconsciente en el mismo. Sus padres y su madrina se alarmaron bastante, y llamaron al doctor del pueblo, que no supo diagnosticar qué sucedía con usted. Eventualmente su madrina se preocupó bastante al verlo en ese estado, y envió a por su marido, que como usted ya sabe es un doctor bastante talentoso.

" Para cuando él llegó, usted ya había recobrado la conciencia. Sin embargo, no reconocía a las personas del pueblo y ni siquiera a sus familiares. Sufrió lo que se puede llamar neurosis, y como consecuencia de ella su conducta cambió completamente. Buscando curarlo, usted fue confiado a nosotros. Y nosotros cuidamos de usted estos últimos 14 meses

" Ésa es, claro está, la versión oficial que cualquiera puede creer.

" La verdad es, me temo, más terrible que lo que sus seres queridos quisieron creer. ¿Recuerda usted algo extraño de la madrugada después de su cumpleaños?

- Pues no muy bien - Francesco respondió automáticamente, su mente estaba como adormecida luego de enterarse el tiempo que había pasado encerrado - sólo recuerdo que el alcohol me hizo creer que la luna y el cielo entero se pintaban de rojo. Y también recuerdo haber escuchado una risa entre los arbustos. Pero eso fue porque estaba ebrio.

El hombre detrás del escritorio se levantó y dio media vuelta para observar una pintura detrás de su escritorio. La pintura era la imagen de la creación de los ángeles y la expulsión de los ángeles caídos al infierno. Una escena terrible, pero que extrañamente capturaba la atención.

- Bueno, pues le daré una explicación de lo que sucedió en verdad.

" Desde el inicio de los tiempos y la creación del hombre, hemos existido bajo el amparo de los ángeles y el acecho continuo de los demonios. Si bien estos demonios son considerados como "espíritus de la naturaleza" o "espíritus elementales" por varias culturas, ante los ojos de Dios no son más que abominaciones que deben ser destruidas junto con aquellos que las reverencien.

" La mayoría de estos espíritus malignos necesitan de una base física para manifestarse. Más específicamente, hablamos de una base biológica y con cierto grado de conciencia. Es decir, los humanos y animales. Ellos prefieren los humanos, pues de cierta manera se pueden albergar en nuestros cuerpos y causar un daño mayor del que causarían siendo un perro o una gallina.

" Allí es donde entra su historia. Esa noche que usted recuerda como la noche de la luna roja fue el momento en que un espíritu inmundo se hizo de su cuerpo. Si bien sabemos por referencia de sus conocidos que usted era un buena persona, no había manera de que se defendiera de tal ataque. Sobretodo si se encontraba ebrio, como usted mismo refiere.

" Al día siguiente, luego de ser encontrado, fue llevado a su habitación. Cuando reaccionó no era usted el que tenía el control, sino lo que estaba dentro de usted. Respondiendo a los impulsos destructivos inherentes a los demonios, usted atacó a su padre y a su madre, sin causarles mucho daño pues un vecino intervino y lo amarró a su cama.

" Posteriormente, ya en presencia de su padrino el doctor, usted seguía manifestando una conducta cada vez más agresiva, a pesar de estar atado a la cama. Nadie se explicaba qué sucedía con usted.

" Eventualmente, desarrolló una terrible fuerza y a las dos semanas de encierro escapó, y se escondió en algún bosque cercano a su pueblo natal. Para alimentarse y liberar sus impulsos de destrucción, atacó en varias ocasiones a animales de granja y caseros, dándoles una muerte horrible. Al mes de su posesión, comenzó a atacar a aldeanos que caminaban solos por la noche, llegando a matar a algunos en ocasiones. Pero lo peor que usted hizo fue atacar al hijo recién nacido de su madrina, que se encontraba de visita en el pueblo. Si bien no lo mató directamente, las heridas que le causó al bebe fueron suficientes para terminar con su vida al poco tiempo. Esa fue la gota que colmó el vaso y sus antiguos conocidos y amigos decidieron darle caza para detener sus ataques.

" Entonces entro yo en la historia.

" Me encontraba de paso por esa zona, a manera de vigilancia, junto con unos pocos hombres de mi confianza. Nos enteramos de usted por los rumores de la zona que hablaban de un joven poseído y sediento de muerte. Fuimos nosotros los que llegamos a usted antes que los aldeanos y lo reducimos. Aunque tratamos de exorcizarle, no hubo forma de lograr nuestro cometido. Lo que lleva dentro es realmente peligroso y poderoso, joven. Luego de informar a su familia de lo que ocurría, ellos quisieron disuadirnos para que le diéramos muerte, pero preferimos traerlo acá con nosotros.

" Entonces fue encerrado en la habitación en la que estuvo hasta hace unos momentos. Al no poder extraer al demonio de su cuerpo, decidimos que al menos podríamos subordinarlo a la voluntad del espíritu humano dentro de usted. Luego de grandes esfuerzos, lo conseguimos, por lo que usted puede estar aquí sin intentar matarnos. Sin embargo, tiene que tener en cuenta que debe mantener la conciencia lo más posible para evitar cualquier brecha y que el demonio vuelva a hacer de las suyas. Para colaborar con este propósito, le hicimos un tatuaje que mantiene controlada la energía demoníaca dentro de usted. De hecho, gracias a ese tatuaje y el tratamiento usted puede llegar a usar un porcentaje considerable de esa energía, pero controlada por su voluntad.

El hombre hizo un gesto, y el enmascarado de la izquierda le abrió la túnica por atrás, luego de levantar dos espejos apoyados en la pared y ayudar a Francesco a ver su espalda. Pero el joven no prestó atención a lo que hacían.

Intentaba recordar esos meses de locura y descontrol, pero todo lo veía borroso. Por más que se esforzaba, no lograba distinguir rostros, y las voces las recordaba como simples gruñidos. Narbareck dejó de ver la pintura y se volvió hacia Francesco.

- Habiendo escuchado todo esto, ¿Hay alguna pregunta que usted quiera hacer?
- ¿Podré algún día deshacerme de lo que llevo dentro?
- Desafortunadamente eso es prácticamente imposible. Su esencia y la de ese demonio están demasiado unidas, pero debe estar alegre de que no han logrado mezclarse. Tendrá que asumir esta responsabilidad hasta el final de sus días.
- Sí. ¿Qué sabe de mi familia, están aquí acaso?
- Bueno, como sabrá usted hay una guerra en desarrollo allá afuera. Según tenemos entendido, su padre fue enviado al frente a los dos meses de se llegada aquí. Su madre se quedó a vivir con su madrina, pero eventualmente la guerra terminó matando a tu pueblo. Actualmente no tenemos noticia de tu padre, y sabemos que tu pueblo es ahora un pueblo fantasma. Suponemos que tanto tu madre como tu madrina están muertas.

Francesco quiso llorar al recordar a su amada madre y a su querido padre, pero no pudo. Ninguna lágrima rodó por sus mejillas. Odiaba lo que llevaba dentro por todo lo que había causado. Odiaba haber salido a refrescarse y a ver la luna. Pero era un odio tranquilo, como si todo este tiempo lo hubiera sabido y se hubiera acostumbrado a la idea de que ya no podía hacer nada al respecto.

- Sabiendo todo esto, qué deseas hacer, Francesco Pestalozzi?

El joven miraba la punta de sus pies descalzos. Pensó en lo que era ahora, y qué podrían hacer para de alguna manera honrar los deseos de sus padres de verlo convertido en una gran persona. Entonces levantó los ojos y miró directamente a los ojos pardos de Narbareck.

- Yo deseo servir a Dios para destruir a aquellos que insultan su voluntad, usando contra ellos la fuerza que mi condición me da.

- Entonces está decidido. Serás el número tres de la Agencia Fúnebre del Séptimo Mediador.

- Bienvenido seas, hermano nuestro, Francesco Peztalozzi!!! - Dijeron al unísono los dos hombres que lo sostenían. Supuso que ellos también eran miembros de la Agencia.


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Le asignaron una habitación para él solo, y luego de mucho tiempo pudo sentarse en una mesa y comer acompañado. No había perdido las buenas maneras, pero su hambre lo empujaba a comer lo que no había podido comer todos esos meses. Recuperó el peso perdido en unas semanas y Narbareck decidió que su entrenamiento debía comenzar pronto.

El edificio que servía como dormitorio, comedor común, duchas y demás era de construcción relativamente reciente. La Iglesia a lado de la cual se ubicaba era centenaria. Los pocos compañeros de Francesco tenían habilidades desconocidas para él, si es que tenían alguna.

A pesar de que su cuerpo volvía a ser el de antes, él se sentía distinto. Casi no reía, apenas cambiaba de expresión cuando era reprendido o cuando lo felicitaban. No lloraba, a pesar de saber el trágico destino de su familia. Los músculos de su cara se adormecieron, y su rostro adquirió una expresión tranquila todo el tiempo.

Como estaba planificado, Francesco empezó su entrenamiento. Narbareck le enseño a canalizar la energía que brotaba de su interior para detectar a otros seres como él cerca.

Por decirlo de una manera entendible, era como reconocer el olor de la esencia de los demás. Si bien reconocía que el olor de la suya era mixto y ligeramente desagradable, al momento de rastrear se acostumbraba a su olor y buscaba olores parecidos al suyo en la esencia de los demás.

Cuanto más oscura la esencia, más amargo se volvía el olor.

Luego de aprender esta habilidad fue instruido en el arte de la esgrima por un enviado de la Orden de Santiago. Le enseñó a usar diestramente la espada en largas sesiones de entrenamiento.

Al tener esa fuente de energía anormal en su interior, Francesco no se cansaba nunca. Entrenaba horas seguidas con su maestro, que al sentirse agotado simplemente se sentaba a tomar una limonada mientras le daba a su aprendiz las instrucciones oralmente.

Tras varios meses de duro entrenamiento, Francesco se especializó también en el uso de otras armas blancas. Cimitarras, sables, cuchillos, dagas e inclusive espadones. En un entrenamiento bastante intenso descubrió lo que sería su marca distintiva de ese momento en adelante.

Estaba empuñando una espada corta de estilo romano. La hoja, pesada y gruesa, no era fácil de manejar. La mayoría de golpes que le daba a la marioneta de tela que se movía frente a él (accionada por su maestro por unos hilos) no acertaban. Sentía una molestia crecer en su interior. Eso se acrecentó cuando su maestro se burló de sus golpes errados al decir "Pareces una abuela que ya no ve, intentando golpear a su marido que apenas se mueve". De alguna manera, eso le recordó a sus padres.

Entonces el siguiente golpe que dio alcanzo de lleno el rostro de la marioneta.

Pero el corte estaba echando humo y había tela al rojo en el fondo del corte.

El maestro percibió eso y volvió a molestar a Francesco con una burla parecida.

Otro corte humeante, pero en el costado.

Así siguieron, maestro burlándose y aprendiz enfadado, mientras el atardecer caía sobre ellos.

Finalmente el maestro le ordenó al joven detenerse. La marioneta estaba llena de cortes y quemaduras. El maestro hizo sonar una campanilla, tras lo cual apareció un monje, al que le pidió que buscara a Narbareck.

El hombre, que ya se había avejentado un poco desde que Francesco se unió a la Agencia, sonrió y palmoteó ligeramente cuando vio los extraños cortes por todo el cuerpo de la marioneta, mientras que el joven miraba perplejo su obra.

- Bien, parece que has descubierto una nueva habilidad. Desde el principio sospechamos que la naturaleza del demonio que llevas dentro estaba relacionada de alguna manera al elemento fuego. Esto es una confirmación. ¿Qué hiciste para liberar esta habilidad?
- Pues me enfadé un poco por unos comentarios que hizo mi maestro - dijo el joven inclinándose un poco y sin cambiar su expresión - Pido disculpas si mi conducta ha sido incorrecta.
- No te preocupes por eso, debes aprender a liberar y controlar mejor esa habilidad.
- Así será, director Narbareck.
- Bueno, suficiente entrenamiento por hoy. Deja las armas, báñate y pasa al comedor a cenar. Hoy celebraremos tu descubrimiento.
- Lo haré presto, hermano.

A paso ligero, Francesco entró al edificio donde estaba su habitación y las duchas. En lugar de poner el agua caliente, como le gustaba usualmente, dejo que sólo el agua fría saliera del grifo. Se sentía especial, como cuando un artista descubre la técnica que causará admiración en el público. Ahora sólo tenía que concentrarse más en el enojo y la ira que sentía para hacer esos golpes con la espada. Así, podría hacer que sus enemigos realmente se sorprendieran, cuando llegara el momento.


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En el patio, Narbareck y el maestro espadachín vieron cómo el joven se alejaba. Luego el viejo intentó tomar la espada, pero retiró la mano rápidamente. El mango de madera tallada estaba chamuscado, mientras que la hoja estaba caliente, sin llegar al rojo vivo.

- Entiendo - dijo, el viejo, llevando la mano a su barbilla - transmite el calor de su cuerpo a la hoja por medio del mango. Parece que este joven necesitará de espadas y dagas especiales, si no las dejará sin mango. Un mango de cerámica estaría bien, no crees?
- Ciertamente, hermano, así el calor no dañaría demasiado al arma - respondió el maestro espadachín - Pero hay que considerar también que si la hoja es enfría rápido, podría quebrarse.
- Como sea, de esos detalles se encargarán los hermanos de la herrería. En nuestros días pueden hacer cosas cada vez más especiales. Me tengo que retirar a ordenar unos papeles - Narbareck sonrió y se despidió del maestro espadachín - Ya nos vemos luego, hermano.
- Como usted diga, hermano Narbareck.


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Siete años han pasado.

Narbareck ya es un anciano, aunque sus actitudes quieran ocultarlo.

El edificio, a pesar de ser periódicamente repintado, se empieza a ver viejo.

Hasta la habitación donde Francesco fue encerrado hace tantos años, se ve vieja. Las paredes blancas se ven como ropa percudida. Francesco visita ese lugar a veces, cuando desea estar tranquilo y pensar.

Pero él mismo, el joven con un demonio dentro, parece el mismo que llegó aquí hace casi nueve años.

Apenas ha envejecido un poco. Se sigue viendo como un joven adolescente.

Los investigadores de la Agencia se percataron también de este hecho, y le hacen exámenes minuciosos cada mes. Los resultados son sorprendentes. Las células del cuerpo de Francesco parecen reaccionar de manera lenta a la oxidación, que es el principio activo del envejecimiento. Las hormonas que su cuerpo produce corresponden a las de un adolescente de 16 años, cuando deberían ajustarse a lo que un joven de 24 años. Eso sin mencionar que su cuerpo apenas ha cambiado para la edad que debería tener.

Se percatan también que luego de tomar una muestra de sangre, el punto dejado por la aguja desaparece casi de inmediato. Con el consentimiento del agente y del director Narbareck, se le practican unas pruebas para determinar las características de esa habilidad. En comparación con un sujeto normal, su heridas se regeneran entre 20 a 25 veces más rápido. Lo mismo ocurre con fracturas de hueso. Asimismo, al envenenarlo experimentalmente, el cuerpo procesa y desecha la toxina mostrando sólo algunas de las molestias que deberían causar.

Ansiosos por sus descubrimientos, los investigadores proponen cortarle un miembro a Francesco, "para ver qué pasa" como ellos mismo dijeron, pero tanto el agente como el director rechazan el pedido. Consideran que es mejor que el tiempo responda a esa pregunta.

Las heridas que Francesco recibe experimentalmente son dolorosas, pero él sabe que el conocimiento generado por ese dolor puede ser útil para los hombres y para Dios.

Una tarde, antes de la cena, el director le llama a su oficina.

- Hoy me han entregado los resultados finales y las conclusiones de la investigación. Podemos afirmar que lo que usted lleva dentro ha logrado modificar de cierta manera la base biológica que ha elegido, es decir su cuerpo, como una forma de prolongar su existencia en este mundo valiéndose de que usted siga con vida.

" Esperemos que estos efectos secundarios sean permanentes, de lo contrario usted quedaría relativamente vulnerable cuando estas habilidades se desactiven. Si eso llegara pasar, puede que ya no pueda hacer uso de sus habilidades con el fuego, pues dañaría su cuerpo y no se curaría a tiempo.

" Ahora vamos a comer, Francesco, quiero presentarte a alguien que se nos unirá.

Bajaron juntos al comedor. Los pasos del fundador de la Agencia se habían hecho lentos e inseguros, pero él nunca quiso usar un bastón. En los últimos tiempos, mientras Francesco mejoraba el control del demonio de su interior, el anciano director parecía ir perdiendo el control de su cuerpo. Antes de llegar al comedor se toparon con una mujer joven, vestida de gris y con anteojos. A pesar de ser delgada y transmitir cierta inseguridad con su imagen, ella era la segunda al mando desde hacía unos años, gracias a sus habilidades intelectuales.

- Director, el Quinto está esperándolo. - dijo la joven, inclinándose ligeramente.
- Gracias, Nurial, ¿deseas acompañarnos en la cena?
- Sería un gusto, Director.
- Perfecto, que pongan un sitio más a mi derecha. Hoy es la cena de presentación del Quinto y quiero que tenga una cálida bienvenida.

Los tres entraron al comedor mientras que una ayudante ponía un sitio más a la derecha de la alta silla del Director. En el otro extremo de la mesa estaba sentado un niño vestido de blanco y con los ojos grandes. Los miró cuando entraron y sonrió al Director y a Nurial, pero al ver a Francesco cambio de expresión y le sacó la lengua, lanzándole una mirada asesina.

Francesco no se inmutó. Si bien le fastidiaba que un niño tan pequeño le faltara el respeto, consideraba tonto enfadarse por eso. Presumió que era el hijo de Nurial, si tenía alguno, o simplemente algún huérfano acogido en la buena voluntad del Director. Pero percibió una esencia horrible que salía del niño, como si fuera más un monstruo que un niño humano.

- Te presento a Merem, él es el Quinto de la Agencia desde ayer en la tarde. Espero que se lleven bien. - dijo el Director señalando al niño vestido de blanco - Merem, este joven es Francesco, el Tercero, y espero que sigas su ejemplo.

El niño miro al adolescente con algo de respeto, pero con un brillo de malicia en los ojos.

- Director, debe estar bromeando, él no puede tener ni siquiera 10 años, es peligroso para él unírsenos. - murmuro Francesco al oído del Director - entiendo que necesitemos un Quinto, pero elegir a un niño...
- No saques conclusiones antes de tiempo, Francesco, este niño es más de lo que parece. - Nurial le susurró al oído a Francesco - Él tiene la capacidad de materializar cosas y criaturas sólo con imaginarlas. Si bien no las puede mantener reales por mucho tiempo, si lo entrenamos correctamente puede mejorar.
- ¿Materialización? ¿No es peligroso que un niño tan pequeño pueda hacer eso? - el joven levantó la voz, y el niño logró escucharlo.

Como respuesta, el niño rió y palmoteó alegremente. Tenía anillos en todos los dedos y el tintineo llenó la habitación.

- ¿Niño? ¿Cuántos años crees que tengo?
- Pues debes tener 6, máximo 7.
- Huhuhu - el niño volvió a reír - tengo más de 800, humano torpe!

El Director y Nurial sonrieron, como mimando al mocoso. Francesco no expresaba nada, pero le parecía tonto que un niño sea tan retador.

- Pero tu, "humano" - el niño volvió a hablar, y arrastraba las palabras de manera fastidiosa - no me puedes engañar. Tienes 24, aunque tu horrible cuerpo parece de 16.
- Tu esencia es extraña... - Francesco dudó en cómo llamar al "niño" que tenía al frente. - pero considero que si estás tan dispuesto como yo a ayudar a la Iglesia en su cruzada, eres bienvenido y te reconoceré como un igual.
- Deja la palabrería, ya me estoy aburriendo - miró a Nurial - empezamos a cenar? Lo que sea que hayan cocinado huele rico.

Y las ayudantes sirvieron la cena.

A ratos, Francesco y Merem se echaban miradas duras. Era evidente que no se llevarían bien.


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Luego de diez años, Francesco parece haber envejecido sólo uno.

Ahora se encuentra caminando solo bajo una noche sin luna en medio de una llanura seca.

A lo lejos se distingue una iglesia, hacia allí se dirige.

Porque en esa iglesia, apartada del mundo en medio de una llanura vacía, se encontraba el Director Narbareck, o mejor dicho, el ex Director Narbareck.

Ya eran tres meses de su encierro voluntario. Luego de nombrar a Nurial como la nueva Directora y de que ella tomara el título de Narbareck, como era la tradición, el anciano dejó las instalaciones de la Agencia y partió sin decir a dónde. En todo ese tiempo, Francesco lo había rastreado a hurtadillas, pues no estaba seguro de cómo reaccionarían la nueva Directora o sus propios compañeros de la Agencia.

Cuando llegó a la puerta de la iglesia llamó dos veces. El eco de sus golpes resonó dentro de la nave del templo. Y entre los ecos percibió el crujido repentino de una banca. Sin dejar espacio para las dudas, empujó la pesada puerta y entró de golpe.

Por el golpe de viento una vela que estaba encendida en medio de la nave se apagó.

- Director Narbareck, esta usted allí?

La voz firme del joven resonó entre las anchas columnas del lugar.

Una figura encorvada salió de entre las filas de bancas y se paró en la galería principal de la iglesia. Acostumbrado a ver en la oscuridad, el joven pudo distinguir las facciones de su antiguo Director: nariz curva y mentón prominente, así como cejas pobladas.

- No deberías de haber venido, Francesco, esa fue la razón por la que me fui sin decir a dónde, como ya habrás deducido.
- Ciertamente lo deduje.
- ¿Entonces qué te trae a esta iglesia casi abandonada en un lugar tan aislado? Si elegí este lugar en especial es porque es tranquilo.
- Deseo saber porqué nos abandonó.

El viejo se irguió un poco, mirando al joven a la cara. No pudo ver su expresión, pues la vista se le había ido casi del todo, pero lo reconocía por el porte y la forma de pararse. Acto seguido se sentó en una banca.

- Verás, Francesco, cuando uno se siente inútil simplemente tiene que saber hacerse a un lado.
- Pero usted es necesario para mantener el orden dentro de la Agencia.
- No, no lo soy, se me podría considerar una reliquia de tiempos que ya han pasado. Ahora Nuriel será Narbareck, ella está más acostumbrada a este mundo moderno y lleno de cambios. Espero que tú le apoyes en la misión que le encomendé, así como espero que todos tus compañeros hagan lo mismo.

La iglesia quedo silenciosa por un rato.

Un rato que se fue alargando cada vez más.

- Entonces - Francesco rompió el silencio - usted quiere decir que ha venido aquí a morir?
- Ciertamente, no hay nada más para mí en el mundo de ahora. Deseo pasar mis últimos días en paz, en ese lugar silencioso y alejado, para que mi muerte sea sólo como una siesta luego del almuerzo... de hecho eso quedaría muy bien en mi lápida. - Narbareck rió ligeramente, talvez la demencia senil ya había entrado en su mente. - Ahora tienes que retirarte, Francesco, ya te has atrasado bastante y puedes levantar sospechas.
- Adiós, Director, espero que encuentre la paz que busca. - dando media vuelta, el joven salió por la alta puerta y la cerró tras de si. Las maderas crujieron y de nuevo el interior de la iglesia se sumió en una profunda oscuridad.

- Ya encontré esa paz, Francesco, ya la encontré - murmuró el anciano en medio de la iglesia, sin que nadie le escuchara.


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Luego de diez años del nombramiento de Nurial, nada parece haber cambiado para Francesco.

Usualmente le encargaban la eliminación de algún objetivo que se considerara peligroso para el Vaticano.

Desde personas normales, como escritores, políticos, banqueros, periodistas, espías y herejes de todo tipo.

Hasta seres que ya no contaban como humanos, tales como híbridos, demonios, vampiros y zombies.

También mataría hombre lobo, de no ser porque hace años que no se reporta ninguno.

Las habilidades de Francesco se habían desarrollado aún más. Su precisión al momento de matar era tal que apenas se inmutaba.

No disfrutaba nada mientras atravesaba o quemaba a sus víctimas, simplemente lo hacía.

No sentía asco al empalarlos o decapitarlos, simplemente lo hacía.

Mecánico como un reloj, eliminaba a sus objetivos sin esforzarse mucho. Pero eso dependía estrictamente de su insensibilidad al hacerlo. Sin sonreír, sin emocionarse, sin molestarse, sólo haciendo que el calor de su interior se proyectara hacia el exterior y aterrorizara a sus oponentes.

Lo enviaban a todos los lugares donde había enemigos de la Iglesia. Los cinco continentes estaban marcados por los cortes flamígeros de sus espadas.

Un periodista intentó seguirle el rumbo, y en un artículo publicado en un diario italiano lo llamó Morte Rossa, y en el artículo mencionaba a más de 40 personas de distintos niveles económicos y países que aseguraba habían muerto a manos del asesino del Vaticano. Como respuesta, Francesco asesinó al periodista aún antes que la orden saliera del despacho de la Directora de la Agencia, pero sí esperó a la orden oficial de destruir la imprenta junto con todas las copias que se iban a vender del diario.

A Francesco no le gustó mucho ese apodo que le había puesto el periodista, pero no lo importó mucho, tenía que ocuparse de una nueva misión. En Inglaterra, en Yorkshire, para ser más precisos, un hereje había fundado una secta disidente. No era jurisdicción del Vaticano, pero los ladridos de ese infeliz perro contra la Iglesia y las amenazas que profería eran demasiado fastidiosas para dejarlas pasar por alto.

Las órdenes eran simples. Infiltrarse en la Universidad en la que estudiaba el disidente, y de acuerdo a la información extraída proceder a eliminarlo en un plazo no máximo de un mes. Francesco sonrió cuando terminó de leer la orden. No necesitaba más de una semana para hacer todo eso.

El clima de la ciudad era mayormente lluvioso. Fácilmente ubicó la casa en la que vivía el infeliz. Al tercer día estaba todo planeado pero llegó una modificación a los planes.

Debía eliminarlos a todos. A todos los que vivieran bajo el mismo techo que el hereje.

No sería difícil. La madre del hereje estaba muerta y su padre se había vuelto a casar. No habían tenido hijos, y aparte de la familia vivían con ellos dos sirvientas y un chofer. Francesco afiló un par extra de dagas y se preparó para la noche del cuarto día.

A las once en punto de la noche entró furtivamente por una ventana del ático. Por toda la casa percibía una esencia amarga que le indicaba la presencia de un enemigo de Dios. Se dirigió rápidamente a los cuartos donde dormían las sirvientas y el chofer. No necesitó más de diez minutos para matar a los tres sin hacer ruido. A ellas les rompió el cuello, y a él le cortó la cabeza de un solo golpe. Ahora la familia.

Entró a la primera habitación. La pareja de esposos dormía tranquilamente, abrazados. Matar a uno sin despertar al otro sería un problema, así que preparó dos dagas para matarlos al mismo tiempo. Para garantizar la efectividad del daño, calentó las hojas hasta que se pusieran rojas.

Luego las insertó en los ojos de los durmientes, que murieron instantáneamente.

Pero hubo un problema. La mujer sostenía en la mano libre una campanilla. Cuando ésta resbaló por el borde de la cama sonó limpiamente.

Francesco se quedo quieto. Oyó una cama crujir cerca, pero nada más. Supuso que el objetivo principal tenía un sueño profundo. Luego sacó sus dagas y las limpió con la misma colcha de la cama. Las guardó en sus vainas y se dispuso para continuar con la tarea. Se volvió hacia la puerta de la habitación conyugal.

Y su vista se topó con ella.

Envuelta con una manta por encima de su pijama, y tapándose la boca para no gritar, una niña le observaba.

Las manos se quitaron de la boca, la niña iba a gritar y despertar a todo el vecindario.

No había tiempo para pensar.

De un salto, Francesco llegó a su lado, y con un solo golpe dado en la quijada de la niña le echó la cabeza completamente hacia atrás, rompiéndole el cuello. Con un quejido a medias el cadáver cayó en medio del pasillo.

Francesco no recordaba que una niña viviera allí. Ella no debería estar allí.

Pero sea como fuere, ella ya no estaba allí.

Se dirigió a la última habitación, en ella reposaba tranquilamente el hereje, sin darse cuenta de lo que sucedía.

Como era su costumbre con la última presa del día, no lo mató directamente. Le abrió la garganta como una segunda boca, impidiéndole gritar y provocándole una hemorragia terrible. Para asegurarse, le hizo dos cortes profundos en los brazos, sobre las venas principales.

El moribundo se revolcaba en la cama, intentando gritar pero sin lograrlo.

Para ocultar las huellas, Francesco comenzó a caminar por la casa, tocando cortinas, manteles y muebles. Cuando retiraba la mano, el objeto empezaba a quemarse. Así provocó un incendio que no tardó en expandirse.

No se dio la tarea de revisar el lugar después, estaba seguro de haberlos matados a todos.

Se fue caminando a su hotel, como un hombre que sale de su trabajo y va a buscar descanso en su hogar. A lo lejos, oyó que un edificio se derrumbaba.

- Tarea cumplida - murmuró entre dientes.



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Los años pasaron incesantemente.

Ahora su cuerpo asemejaba tener 21, pero faltaba poco para el fin del Milenio.

Las tensiones con Merem era demasiado. La Directora estaba siempre de su lado y le daba la razón, engriéndolo como el monstruoso niño que era.

Finalmente, luego de una discusión que casi termina en una pelea directa entre el Tercero y el Quinto, Francesco renunció a la Agencia y se marchó. Con el maletín lleno de armas y alguna ropa, caminó por las calles del Vaticano sin rumbo fijo, pues sólo después de que la puerta de la Agencia se cerrara detrás de él se dio cuenta de que no tenía a dónde ir.

Su libertad duró unos pocos días.

Una carta, entregada por un monje que le vigilaba, lo invitaba, mejor dicho, le exhortaba unirse a la Sección XIII del Vaticano. De fundación reciente, compartía algunas de las mismas tareas de la Agencia, que perdía credibilidad día a día por ampliar sus relaciones con grupos considerados parias por el Vaticano.

Francesco se había sentido siempre una herramienta al servicio del Vaticano y de Dios, así que se dirigió a la sede de la Sección XIII. Se entrevistó casi de inmediato con Enrico Maxxwell, el líder de la Sección, y se integró al nuevo grupo destinado a proteger la integridad del Vaticano contra amenazas externas.

FIN



Creador del personaje: Tatari Itachi